Capítulo 19.
El cumpleaños de su bebé se acercaba y no sabía que hacer.
Estaban a menos de una semana del cumpleaños de Jaehyun y Jimin estaba triste, de eso cualquiera se daría cuenta. Su cachorro lo notó más que cualquier otra persona, notaba los ojos hinchados de su madre por el llanto, notaba que se distraía más de lo normal y notaba sus lágrimas al verlo. No lo entendía y trataba de hacerle mimos, de hacer reír al omega, trató hasta no hacer muchos berrinches, pero no servía.
Jimin no estaba bien, veía que se acercaba más el cumpleaños de su pequeño y estaba peor. No sabe si el sueño de toda madre era hacerle un cumpleaños a su hijo o al menos hacerle un regalo, pero él quiere eso, lo quiere más que nada. Últimamente se siente peor por no poder darle una mejor vida a su bebé y ahora se siente el triple de peor por no poder darle un pastel con velitas. Se siente peor por no poder darle ese juguete que tanto sabe que le gustaría, por no darle un espacio con todos sus seres queridos.
Jimin sigue siendo ese omega sensible y este tema es el que lo lleva al borde de las lágrimas.
—Haa~ —dijo el menor llamando la atención de Jimin, que se quedó mirando un punto fijo.
—Mmm —dijo el castaño aún distraído.
El omega reaccionó, tenía que seguir dándole el almuerzo al pequeño.
—Discúlpame, cielo —dijo poniendo un trozo de pollo en su boca.
✧✦✧
Las mañanas de trabajo de Jungkook eran en su mayoría iguales, leer, firmar, emails, café, bla, bla, bla. Era la definición de aburrido.
—Buenos días, señor Jeon —dijo la conocida voz de Daira. Jungkook rodó los ojos mientras seguía leyendo unos papeles.
—Ya hablamos de ese tema, Dai.
—Me gusta molestarte —Jungkook sonrió—. ¿Qué tal tu mañana? —preguntó la castaña.
—Pues, la rutina de siempre. ¿La tuya?
—Igual, teléfonos sonando, colegas de tu padre, juntas que reprogramar. Lo normal. Escuché que vas a dar un aumento.
—¿Qué? —dijo Jeon mirándola serio.
—Así fue mi reacción, te lo juro. No lo sé, Lee dijo eso.
—Lee...
—Jongsuk.
—Él vino a hablar conmigo ayer, hablamos de un par de cosas que tenía que ajustar. Nunca hablé de aumento.
—También dijo que te veías muy amable y que no iba a ser muy difícil que aceptes, por lo visto tenía algo así como un plan.
—Si lo ves dile que el ser amable no significa ser estúpido.
—Con gusto, no me cae bien.
—A mí menos.
—Tenemos algo en común.
—Ya veo.
Siguieron conversando hasta que cada uno tuvo que atender sus asuntos.
Su celular sonó. Se le hizo extraño ya que su madre suele llamar en la tarde, pero igualmente atendió.
—Hola, compañero.
Una sonrisa se formó en el rostro del rizado.
—Hola, idiota.
—A mí me hablas con respeto, soy mayor que tú.
Jungkook rodó los ojos.
—Hey, solo son seis meses, no es para tanto.
—Esos seis meses marcan la diferencia, Jeon.
—Ajá, como digas. ¿Cómo has estado?
—Bastante bien... Me enteré lo de Chaehyun.
La sonrisa del alfa decayó.
Había pensado en su hermana más de lo debido, lloró casi todas las noches por casi una semana y Dios, no era suficiente. No era suficiente tener solo un puto gorro, no cuando lleva esperando pistas concretas hace más de cinco años, joder eso no es suficiente. Puede estar en cualquier puto lugar, esa pequeña pieza es una más de todo el maldito rompecabezas, esa pequeña pieza produce más preguntas que nadie se digna a responder y eso duele, duele como la maldita mierda. No sabe donde está, no tiene respuestas, no tiene posibles paraderos, no tienen sospechosos, no tiene una puta mierda. No sabe que pensar, su cabeza es un verdadero lío con ese tema.
—Si, yo también.
—Lo siento, hermano.
—Está bien. Trato de no pensar en ella, me hace mal.
—Lo entiendo, perdón por mencionarlo.
—No te preocupes. No me molesta hablar de ello, solo que es difícil, más cuando hace tres años fue la última "noticia" que tuvimos.
—¿Hubo algo más?
—No, por el momento, nos dijeron que iban a seguir investigando.
—¿Cómo está tu vida por allí? —dijo Jin cambiando de tema.
—¿Bien?
—¿Me lo preguntas o me lo afirmas?
—Va bastante bien, es un poco mejor que antes. Tengo lo que se puede llamar una amiga y...
—Amiga eh —dijo su amigo en tono burlón del otro lado de la línea.
—Es solo una amiga, tonto.
—Yo dije lo mismo de Solar y míranos, dos años de relación.
—Pues, ella tiene novio y solo es una amiga.
—Como digas. ¿Alguien interesante?
Pensó en Jimin.
—¿La amiga que te mencioné?
—La idiotez no se te quita ni viviendo en Seul. Alguien que te interese, idiota.
Pensó en un castaño tímido con un cachorro en brazos.
—Pues...
—Esto me gusta.
Escuchó la puerta abrirse y vio a Daira formular un lo siento.
—Jungkook, uno de los colegas de tu padre quieren charlar contigo. Se que estás ocupado con todos los papeles del día, pero no te pude atrasar nada, ese tipo es verdaderamente insistente.
La chica se fue dejando a un Jungkook suspirando, odiaba ser quien tuviera que charlar con ellos.
—Creo que el deber llama mi hermano.
—Creo que sí.
Jin colgó y el alfa fue a atender a ese tal colega.
✧✦✧
Lo estaba haciendo dormir. Le cantaba suavemente "estrellita, donde estás" y veía como Jaehyun batallaba en quedarse despierto, de a poco sus ojos se iban cerrando y Jimin pasaba su dedo índice sobre su nariz para ayudar. En unos minutos tenía a su cachorro dormido y rodeado de almohadas por si se movía de más. Fue al baño a juntar la ropa sucia que había dejado y se dijo que tenía que ponerla en la lavadora, no le gustaba la idea de salir de la habitación, pero no tenía otra opción.
Bajó del ascensor y se dirigió hacia el lavadero. Para su suerte está vez estaba vacío, así que pudo respirar en paz. Puso la pequeña ropa de su bebé en la lavadora, puso un poco de jabón y la dejó hacer su trabajo.
Volvió al cuarto y confirmó si su bebé seguía durmiendo, claramente lo hacía. Que su cachorro esté descansando significaba estar a solas, estar solo con él mismo. A veces le parecía aburrido y rogaba que Jae se despertara para poder jugar o dedicarle su atención a algo que no sea su mente. No tenía amigos a los cuales hablarle y tampoco tenía un alfa a quien preguntarle como iba su día. Suspiró y se puso a limpiar la limpia cocina.
✧✦✧
—No fue muy agradable, prácticamente me trató como un niño pequeño.
—No eres tan grande a decir verdad.
—Ja, Ja, Ja. Mira como me río.
—Es la verdad.
—Que tenga veinte no significa que no sepa manejar un puto negocio.
—Lo sé, pero la gente lo ve así.
—Si no estuviera preparado no estaría aquí. Mi padre es el tipo más estricto y perfeccionista del mundo, créeme, si no supiera nada no estaría aquí.
—Pues, el señor Dongwook me pide todas los papeles que te dan, me pide ver los emails que mandas y me pide que contacte a las personas que han hablado contigo para ver como has negociado.
—Claro, debí suponerlo. Mi padre ni siquiera confía en mí, ni siquiera confía que puedo hacer esto cuando me ha obligado a estudiar todo lo que tiene que ver con contabilidad desde que me presenté como alfa.
—Debe ser difícil ser hijo de él.
—No te das una idea —dijo Jungkook tomando un sorbo de café.
La noche había caído y Jungkook se estaba preparando para irse a su departamento.
—Hey, ¿quieres venir conmigo al centro comercial?
—¿Un día de semana?
—Nunca es mal momento para ir a despejarse.
A decir verdad el rizado necesitaba despejarse. Aunque no va a negar que estaba un poco cansado, no durmió muy bien en la semana, pero no le podía decir que no a una salida.
—Está bien. ¿Irán tus amigos?
—No, solo nosotros.
—Oh, genial. Estoy en un momento, adelántate.
—Okay.
✧✦✧
Los dos iban en sus autos correspondientes, dejaron sus autos en el estacionamiento y caminaron hasta la entrada del lugar. Primero fueron a comer algo, ya que los dos morían de hambre, luego hablaron un poco sobre cosas banales. Una vez que se decidieron a pagar mitad y mitad, fueron a caminar un poco. Jungkook ya conocía un poco, pero seguía siendo demasiado grande como para recordar lugares en específicos. Mientras caminaban el rizado divisó una juguetería enorme, Daira notó que el alfa no siguió la conversación y trató de descifrar que veía.
—¿Qué tanto ves? —preguntó aún tratando de descifrar algún lugar que le pudiera llamar su atención.
—Hay una juguetería enorme allí —dijo apuntando el lugar.
—Oh, si, si que es enorme. Una vez le quise comprar un juguete a una sobrina y me perdí ahí dentro, es gigante.
—¿Podemos ir? —dijo el alfa sin pensarlo tanto. La castaña lo miró confundida y cuando Jungkook pudo procesar lo que dijo volteó a mirarla, Daira enarcó una ceja.
—Digo, em, para ver si hay algo para mis hermanos.
—Claro, vamos.
No veía al alfa tan apegado a sus hermanitos y no lo pensaba porque no los quisiera, no, le hablaba de ellos y de sus travesuras, tenía varias fotos en su oficina y demás. Pero no lo veía como el hermano pegote que le regalaba juguetes o al menos daba esa impresión.
Caminaron hacia el lugar y saludaron a las personas que habían en la puerta. Pasearon un poco, vieron uno que otro juguete y hablaban entre ellos.
Siendo sincero, el rizado no sabe que hacía ahí o que se le dio por decirle a la omega para entrar, solo algo le dijo que tenía que ir y puede que él sepa el motivo. Si, pensó en un cachorro con carcajada contagiosa y sonrisas que hacían que sienta algo en su pecho. No sabe el porqué, solo sabe que tenía que entrar a esa jugueteria.
Vio a lo lejos algo que lo enamoró, era un pequeño caballete con hojas, pinceles y pequeñas acuarelas, definitivamente había capturado su atención. Estaba envuelto en plástico, fue hasta él dejando a la castaña hablando sola.
—Y entonces habíamos ido... —Daira había dejado el auto de colección devuelta en su lugar y se dio vuelta para mirar a Jungkook. No estaba ahí y empezó a buscarlo con la mirada, lo encontró a un par de pasos más lejos—. Hey, ¿qué encontraste?
—Mira esto, ¿no es jodidamente tierno? —dijo el de ojos verdes mirando fascinado el caballete.
—Aww, si, es muy tierno —dijo la omega agachándose para verlo mejor—. Pero, ¿no es algo muy pequeño para tus hermanos?
El alfa cayó en cuenta que la omega no tenía idea de Jaehyun y se puso nervioso.
—Em, si, yo, eh, nomás miraba.
—Hagamos como que te creo. Sé que no te conozco hace mucho y que no te tendría que hacer preguntas, pero, ¿tienes un cachorro secreto del que nadie sabe?
—¿Qué? —preguntó el alfa confundido.
—Responde.
—No. No, no, no, no tengo hijos secretos.
—¿Seguro?
—Demasiado seguro.
—Entonces, ¿a quién le vas a comprar un juguete?
—Ya te lo dije, a mis hermanos.
—No te ves como el hermano que les regala juguetes.
—Tú no sabes eso.
—Jungkook.
—Daira.
—Puedes confiar en mi, si no quieres decirme está bien, pero si necesitas hablar...
—Bien —se rindió—. Hay un... un omega.
—Espera, eso no me lo veía venir. ¿Le gustan los juguetes? —preguntó confundida la castaña.
—Eh, no —dijo haciendo una cara rara y a la vez graciosa—. Él tiene un hijo —dijo rascándose la nuca.
—Oh.
Hubo un silencio.
—¿Es todo lo que vas a decir?
—Pues, no hay mucho que decir.
—No te parece mal, ¿verdad?
—¿Por qué me parecería mal?
—Sabes lo que dicen de los omegas que tienen hijos y no tienen alfa. "No son buenos omegas" "No se merecen a otro alfa", bla, bla, bla.
—A mí no me importa eso, creo que es muy siglo pasado. Yo creo que es tierno que le quieras comprar algo a su cachorro, si yo fuera aquel omega me caso directamente contigo —Jungkook rió.
—Me alegra que no seas ese tipo de persona.
—¿Cuántos años tiene el cachorro? —preguntó curiosa.
Jungkook trató de recordar aquella conversación en el parque semanas atrás.
—Tiene once meses, si no me equivoco.
—Oh, mi Dios. ¡Es un bebé!
Un muy adorable bebé.
—Si, es un lindo bebé —dijo el alfa con una sonrisa.
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